La invasión a Irak ha tenido como consecuencia el quebranto del orden internacional. Una sola potencia agravia hoy las normas de entendimiento entre los pueblos. Esa potencia invocó una serie de causas no verificadas para justificar su intromisión, provocó la pérdida masiva de vidas humanas y toleró la devastación de uno de los patrimonios culturales de la humanidad.
Nosotros sólo poseemos nuestra autoridad moral y desde ella hacemos un llamado a la conciencia del mundo para evitar un nuevo atropello a los principios que nos rigen. Hoy existe una dura campaña en contra de una nación de América Latina. El acoso de que es objeto Cuba puede ser el pretexto para una invasión. Frente a esto, oponemos los principios universales de soberanía nacional, de respeto a la integridad territorial y el derecho a la autodeterminación, imprescindibles para la justa convivencia de las naciones.
Esta carta não é "por Cuba". É por Fidel, por um dos últimos redutos do comunismo, e pelo comunismo em si mesmo. Assinam-na, entre outros, Gabriel García Márquez, Oscar Niemeyer, Luis Sepúlveda, Chico Buarque e Noam Chomsky. Fazem-me lembrar Sartre, outro intelectual que não se coibiu de apoiar activamente o regime soviético. É profundamente triste que gente inteligente e artistas excelentes fechem os olhos à infâmia de regimes totalitários.
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